Seguimos con otros colores, que tendremos que tener en cuenta, a la hora de pintar nuestro hogar.
-El verde. Si elegimos el verde, en un tono pastel, vamos a lograr una estancia mucho más cálida -por ejemplo, es una gran opción si tenemos que decorar una habitación infantil-, pero si elegimos un tono fluorescente, lo que vamos a conseguir es un efecto perturbador. O sea, es poco recomendable. Los decoradores no apuestan por el verde, si tienen que realizar su labor, ya que suele estar asociado a los hospitales o a los consultorios de médicos.
-El naranja. Estamos ante un color que da alegría, pero es bastante difícil de aplicar, en muchas ocasiones. Puede combinarse con otros tonos, que sean blancos y limpios, si hablamos de habitaciones, que sean más amplias, porque el efecto óptico suele provocar que las habitaciones aparentan más pequeñas, de lo que son. Además, si se usa en las cocinas, va a darnos una mayor sensación de apetito.
-El amarillo. Es una tonalidad muy recomendable, si lo que buscamos es decorar un salón. Pero, si estamos pintando una habitación, que sea más tranquila, como puede ser un dormitorio, lo mejor es usar una tonalidad que sea mucho más suave. Los diseñadores de interiores suelen apostar por él, pero con cuidado. Hay que recordar que no sólo es un color que transmite calidez, sino que, es un color considerado agresivo. Por tanto, precaución.
Foto: fuente

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