A
la hora de dar luz a una habitación infantil, tenemos una serie de
claves, que tenemos que tener en mente:
→ Lámpara
de escritorio: el escritorio debe contar, de manera obligatoria, con
una lámpara, como suelen tener los arquitectos en sus estudios. Lo
más recomendable es que la lámpara sea regulable, para que se
puedan mover en todos los sentidos, para poder iluminar lo mejor
posible la mesa de trabajo del niño, tanto los libros, como sus
cuadernos.
→ Los
apliques: la iluminación del ambiente, se puede conseguir, si se
colocan apliques murales o focos empotrados, los cuales van a poder
graduarse la luz, en una medida, más o menos, potente. Pueden
resultar muy prácticos, sobre todo, si los niños prefieren quedarse
dormido con una luz, que sea suplementaria. Eso sí, de todas
maneras, debes intentar que todas las esquinas de la habitación
estén bien iluminadas, para que el niño pueda jugar, con toda
seguridad. No debes olvidarte de colocar, en todos y cada uno de los
enchufes, un protector de seguridad, para que el niño no juegue con
ellos y no haya un accidente en casa.
→ Una
lamparita de noche: Si no quieres instalar una fuente de luz
principal (que se podría llegar a regular), una lamparita de noche
va a ser muy práctica, ya que va a crear una luz muy suave, cuando
los niños empiezan a quedarse dormido. Más tarde, vamos a sustituir
dicha lamparita, por otra que tenga un mayor voltaje, para que pueda
leer en cama.
Foto:
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