domingo, 6 de mayo de 2012

Especial: el parqué (II)



Tras haber instalado el pavimento, una capa de material aislante para poder evitar que las nuevas lamas se deslicen, para que se minimicen los crujidos y para poder proteger la tarima de posibles humedades, se van a atornillar o se van a pegar sobre la misma, los propios rastreles. Estas piezas se van a colocar en sentido perpendicular a las lamas de madera y con una separación que va a ser de unos 30 centímetros. Si en el suelo nos encontramos con una serie de desniveles, podremos corregirlos con la ayuda de unas cuñas de madera. Se va a colocar la primera lámina a tan sólo 5 milímetros de la pared, ya que es una medida de prevención de las dilataciones que va a experimentará causado por las variaciones del clima. Después, se va a fijar al rastrel con un clavo, que sea de cabeza perdida, que se colocará en diagonal sobre la lengüeta. El resto de las tablas se van a unir entre sí, con la ayuda de las juntas, que van a estar colocadas de una manera alterna: lengüeta y ranura. Para poder fijar las pieza, se debe dar un golpe suave sobre las mismas, con la ayuda de un martillo de goma. Una vez que hayamos colocado todas y cada una de las tablas, solo nos va a quedar fijar o acuchillar dicha superficie y teñirla o barnizarla.
Foto: fuente

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