Es básico tener en cuenta
que el color, que se va a conseguir con la mezcla de dos o más
pinturas, va a depender las proporciones usadas en la mezcla. O sea,
para poder reproducir dicho color, en una mezcla posterior, las
proporciones van a tener que repetirse, siendo 100% iguales. Cuando
más cambien, entre unas y otras, mayor va a ser la diferencia de la
mezcla y, también, peor va a ser el resultado. Por esta razón, es
muy importante evaluar a conciencia el empleo de una mezcla para
poder tener con total seguridad; por un lado, saber que la
combinación obtenida va a ser suficiente para poder cubrir toda la
superficie que se busca pintar, y por otro lado, para poder prever
futuros problemas si, después, con el paso del tiempo, va a ser
necesario reproducir dicha tonalidad, con las dificultades que eso
puede provocar, si fuera necesario tener que reproducirlo. Suele dar
menos problemas, si usamos una combinación de colores, a la hora de
pintar un mueble, que para pintar una pared. Esto se va a deber a que
el mueble es un objeto autónomo, cuyo color debe parecerse, pero no
tiene que ser igual al color del resto de los muebles. Pero, por otro
lado, la tonalidad de las paredes si debe ser igual, a lo largo y
ancho, de toda la superficie, sino... podemos arruinar toda la
decoración de nuestra habitación.
Foto: fuente
No hay comentarios:
Publicar un comentario