En el salón nos podremos pasar muchas horas, a lo largo del día, por lo que se recomienda tener cuidado y no “meter la pata” a la hora de elegir los colores de las paredes. Y, es que deberíamos evitar un efecto: que todo parezca uniforme. En general, debemos tener un concepto general de lo que es todo el salón y los elementos que lo constituyen. Antes de empezar, debemos saber cual es el uso que va a tener la habitación, cual es su tamaño y que cantidad de luz natural, podremos disfrutar. La norma que más se tiene en cuenta es que, si tenemos un salón de pequeño tamaño o que apenas disfruta de luz natural, tendremos que apostar por colores, que sean claros. Mientras, una sala de mayor tamaño y con mucha luz, puede ser decorada con colores más vibrantes, energéticos o vibrantes. Como veis, es una regla general y muy fácil de entender. A partir de eso, tendremos que tener en cuenta una serie de reglas generales y muy prácticas, para lograr el mejor salón posible.
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