Hacer una obra en casa es toda una aventura, eso lo sabemos todos. Pero, aunque sólo vayamos a pintar las paredes de nuestra casa, para que luzca más bonita, con la obra en sí, todo no ha terminado. Hay que recordar que las obras en casa suelen causar residuos, restos de materiales, que no se pueden tirar en cualquier lugar, tanto por nuestra salud, como por el medio ambiente. Según la legislación, que está vigente, en estos momentos, hay tres tipos de residuos: los urbanos, peligrosos y un tercer grupo, que se denomina como “otros”. Así, vamos a tener en cuenta algunos consejos para saber distinguir algunos de estos residuos y para poder favorecer al medio ambiente, al lograr distribuir a los diversos residuos, en sus categorías correspondientes.
Los no peligrosos: serían los paquetes de cartón, las pinturas, los casquillos o los grifos antiguos, ya que son considerados no peligrosos y pueden ser reciclados, en la mayor parte de los casos. Así, nos encontramos con los aceites vegetales, que son causados en el hogar, que deben ser eliminados a través de la materia orgánica o si se entregan en un punto limpio. No debemos tirarlos por el desagüe, aunque sea mucho más cómodo.
Madera: la madera se recicla, tritura y pasa a convertirse en aglomerado, que va a poder volver a ser reutilizada. También, si queremos podemos dejarla en un punto limpio, para que se encarguen de ella.
Foto: fuente
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