A
la hora de hacer elementos decorativos, podemos apostar por elementos
naturales, como pueden ser las frutas. Estamos ante una opción llena
de originalidad y muy sencilla de llevar a cabo. Podemos elegir
frutas, como pueden ser las manzanas, melocotones, naranjas o los
pimientos, o sea, frutas que tengan algo de consistencia, para poder
conseguir el resultado que deseamos. Vamos a cortar la fruta, eso sí,
en rodajas muy finas, de entre 5 y 8 milímetros, sin que estén
peladas y sin haberles quitado el corazón, aunque, también, si nos
gusta más, podemos dejar la pieza de fruta entera, eso sí,
siguiendo los mismos pasos, que hemos seguido antes. Vamos a poner
las rodajas en un recipiente con agua,en el que hemos echado varias
cucharadas de sal y vamos a dejaras a remojo, durante unos 10
minutos, para poder impedir que se pueda perder el color, cuando las
mismas se oxiden. Cuando hayan pasado 10 minutos, vamos a sacar las
rodajas de la fruta, para poder secarlas. Es muy aconsejable que, en
este paso, usemos papel absorbente de cocina, para que, de esta
manera, se pueda quitar todo el exceso de humedad, que pueda quedar
en las mismas.
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