Ahora,
le toca el turno a las barras para cortinas de ducha empotradas.
Estas barras se van a colocar atornilladas a la pared, van a tener
una serie de ventajas. Una de las más relevantes es que su
colocación no va a exigir que haya dos paredes -o superficies
parecidas- enfrentadas, sobre las que la barra va a ejercer presión,
para poder sostenerse. Si la bañera o la ducha ocupa un rincón en
nuestro cuarto de baño, y no todo el extremo de la estancia, es muy
probable que sea necesaria un sistema, que sea de esta clase. Este
tipo de barras van a estar formadas por dos unidades más un codo,
que es el que va a hacer la función de unirlas. Por otro lado, estas
barras van a ofrecer una mayor estabilidad y una mayor seguridad, en
el caso de que la cortina sufra alguna clase de tirón o fuerza,
hacia abajo. Aunque es cierto que no es igual que el de las barras a
presión, el procedimiento, para poder colocar esta clase de barras,
también, es muy fácil. En muchas ocasiones, las barras se van a
vender con las medidas normalizadas; pero, no tiene por qué ser un
problema, ya que se puede cortar, con la ayuda de una sierra y
adaptarlas a las medidas del espacio, que tengamos disponibles.
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